Las crisis económicas de los últimos años responde a una visión errónea de hombre, pues se ha impuesto la forma de pensar de que el hombre está hecho para el trabajo. Es necesario hacer una nueva revisión de la visión del trabajo, la empresa, la economía y del sistema de mercados, pues en muchas ocasiones se fundamentan en un pragmatismo que acaba lesionando la vida personal, familiar y social.